La
teoría de los "Cien lenguajes de los niños" (Loris Malaguzzi)
PORQUE DE MAYORES QUEREMOS QUE SEAN FELICES Y GRANDES |
Los adultos
reconocemos inmediatamente el lenguaje verbal como medio de comunicación
principal. Quizá, alguien pueda pensar en el lenguaje gestual como otro medio
habitual. Pero… ¿de cuántas maneras puede expresarse un niño? ¿Somos los
adultos capaces de comprender o por lo menos darnos cuenta que existen esas
formas de comunicación? El Centro Maternal Infantil (siguiendo la filosofía y
experiencia de las escuelas Reggio Emilia) reconoce, valora y utiliza los
diversos códigos comunicativos y formas de pensamiento presentes en los niños,
debido a su posibilidad de concebir una pluralidad abrumadora de alternativas,
mientras que los adultos, quienes hemos aprendido ya diversos paradigmas y
esquemas, manejamos una perspectiva de la realidad y una forma de expresión
mucho más limitada que ellos.
La práctica de la escucha.
Esto está muy vinculado (podría decirse que es una obvia consecuencia) a los
principios anteriores; pues se trata de vencer la relación tradicional vertical
entre el niño y el adulto para realmente detenerse a escuchar lo que dice el
otro tanto mediante palabras como por sus acciones, gestos, dibujos, etc. De
esta manera, además, el adulto “baja de su torre” no como “el rey que quiere
escuchar al pueblo” sino como quien quiere aprender de otros.
Tenemos que ser
conscientes de que la escucha es la esencia de la adquisición de información, y
que va a depender de cómo se aprenda a escuchar para poder saber analizar e
interiorizar lo que se escucha, no hay reyes y pueblo en la educación, hay
personas que hablan y personas que escuchan.
El redescubrimiento de la
creatividad.
La creatividad es
concebida como un rasgo inmanente de cualquier persona; ya que no es una
cuestión meramente artística o “inspiracional”, sino una facultad desarrollable
y de aplicación genérica. Un ejemplo no artístico, al resolver un problema o un
ejercicio de matemáticas lo típico es que se aluda a una vía de solución que al
final todos tendrán en sus cuadernos. Sin embargo, incluso para las ciencias
exactas, existe más de una solución posible. A la persona que se le ocurrió esa
forma diferente de resolver el problema, lo llamamos “ingenioso”, pero en
realidad lo que ha hecho es manifestar su creatividad.